lunes, 17 de noviembre de 2008

Los toros

El pasado año de camino al rocío mi padre se encontró con un amigo suyo, que hacia algunos años había sido novillero. Nos contó con que toreros había trabajado, y nos hablo del mundo taurino, fue entonces, cuando yo pregunte a mi padre y a su amigo que opinaban de las corridas de toros.
La corrida de toros es un espectáculo que consiste en lidiar varios toros bravos, a pie o a caballo, en un recinto cerrado llamado plaza de toros
Participan varias personas en la lidia, llamadas toreros, que siguen un estricto protocolo tradicional, reglamentado y regido por una intención estética, en la que sólo puede participar personal con categoría para hacerlo, algo que se adquiere mediante la alternativa. Es el espectáculo de masas más antiguo de España y uno de los más antiguos del mundo. Como espectáculo moderno realizado a pie, fija sus normas y adopta su orden actual a finales del siglo XVIII en España. En España se finaliza dando muerte al toro.
Las corridas pueden clasificarse, según la edad y el trapío del toro que se lidia, en becerradas, novilladas y corridas de toros, y pueden desarrollarse a pie o a caballo. Si se ejecutan las suertes a lomos de un equino, el festejo recibe el nombre de corrida de rejones o rejoneo.
Desde tiempos inmemoriales, recorrían los pueblos de España los llamados «matatoros» o «toreadores», divirtiendo al público (y cobrando por ello) mediante la práctica del toreo a pie de forma más o menos rudimentaria (sorteando o recortando a los toros, dándoles lanzadas o saltando por encima de ellos, etc.). Además, estaban los pajes que, como parte de su servicio, ayudaban a los caballeros a lancear o rejonear a caballo, realizando los quites cuando fuera necesario. Con la prohibición de torear a caballo que en 1723 Felipe V impuso a sus cortesanos, los modestos matatoros y los pajes empezaron a torear por su cuenta en las ciudades más importantes y a desatar el entusiasmo del gran público.
De estas corridas salen muchos beneficiados, tanto los presidentes de la plaza como los fabricantes de los alimentos de los toros, en esta festividad hay un mundillo en el que se mueve mucho dinero:
Por una parte, tenemos las ganaderías de toros, que son un negocio bastante lucrativo, ya que obtienen beneficios por los toros que se van a lidiar. Se dedican precisamente a que el toro siga existiendo en este país dándole pastos y libertades para crecer, aunque lógicamente, su crecimiento esté finalizado cuando entran en una plaza.
Algunas persona afirman que los toros que matan en las plazas luego son para consumo humano, es decir, que se podría decir (para intentar encontrar el verdadero problema, repito) que los toros que mueren en las plazas, antes o después iban a morir para nuestro consumo, según estas personas. Pero ese no es el verdadero quiz de la cuestión sino, ¿por qué debe de sufrir el animal?
Las reacciones a las corridas de toros son variadas. Algunas personas las consideran repulsivas, mientras que otras quedan fascinadas por estas. Al aficionado, por ejemplo, no le molesta en absoluto la muerte del toro. Está más interesado en el arte, la gracia y la habilidad del torero en usar la capa y la muleta.
Casi todos los toreros son corneados con variado grado de seriedad por lo menos una vez por
temporada. Belmonte (uno de los toreros más famosos de los años veinte) fue corneado más de 50 veces. De los aproximadamente 125 toreros principales (desde 1700), 42 murieron en la arena; esto no incluye a los toreros principiantes o a los banderilleros o los picadores que han sido muertos. A pesar de esto, más de 3.000 toros son muertos ritualmente en las plazas de toros de España durante la temporada, y docenas de toreros arriesgan su vida varias veces por semana.
Las críticas a las corridas de toros no son algo nuevo. Desde su mismo nacimiento como "espectáculo" moderno, en el siglo XVIII, las corridas de toros han sufrido críticas, prohibiciones y han tenido que sortear numerosas dificultades.Las críticas a este tipo de eventos con animales se remontan a la antigüedad romana, con las diatribas de moralistas como Cicerón contra los espectáculos de circo con fieras.
Por un lado están las personas que opinan que las corridas de toros son una tradición y que no se debería tocar ninguno de sus aspectos,así pues piensan que las corridas de toros no se deben quitar porque estaríamos enterrando nuestro pasado, por otra parte están las personas que están a favor no por ese tema sino por los puestos de trabajo que genera y lo reconocido que esta España en el mundo gracias a este tema, estas personas lo ven mas como una causa de popularidad y economía. Lo ven desde otra perspectiva las personas que piensan que se debe seguir con la tradición, pero no hacer ningún daño al animal en este caso las personas no son tan extremistas ya que toleran que se siga con la festividad pero que no haya ningún tipo de daño hacia el animal. En el extremo, que no acepta las corridas de toros una de las opiniones es la burla y vejación que existe hacia el animal, debido al maltrato que recibe que los espectadores aplauden. Por otra parte existe la opinión de que el toro sufre demasiado se le priva de su libertad y que su muerte es segura cuando entra en la plaza, puesto que muy pocas veces se le concede el indulto al toro, es decir, perdonarle la vida por lo bravo que ha sido.
En mi opinión los toros no deberían de sufrir, pues con lo avanzada que esta la sociedad española no se a buscado una solución a esta deplorable acción, pero tengo una firme opinión que la tradición debe seguir y que en ningún caso debe extingirse, debido a que es parte de nuestra cultura, de nuestro pasado,de nuestro presente y sobre todo de nuestra historia. En conclusión se debe seguir con la tradición pero hacer el mínimo daño posible a la bestia, con esto se tendría contenta a todas la posturas y por otro lado, continuaría la tradición y el animal no sufriría y os he de confesar que a mi me encantan los toros.
Podéis entrar también en una entrada antigua en la que hablo de este tema.

No hay comentarios: